Lucha contra las termitas

lucha contra las termitas

Lucha contra las termitas

 Las termitas foraces devoradoras de madera, provocan anualmente en Euskadi daños en edificios de estructura de madera por valor de muchos millones de Euros.


La empresa ISS ha creado el primer laboratorio privado para estudiar cómo combatir más eficazmente esta plaga silenciosa.
En este nuevo laboratorio se estudia la biología y el funcionamiento de las especies de termitas identificadas en la península (tres autóctonas y dos exóticas) para tratar de innovar en los tratamientos de erradicación de este insecto «difícil de controlar» y que está presente en toda la peninsula.


El laboratorio sito en L'Hospitalet dispone de un criadero instalado en una gran nevera refrigerada donde se encuentran las urnas y otros recipientes con los termiteros para analizar cómo se comportan estas especies, este laboratorio es el primero de carácter privado que hay en el Estado, aunque existen grupos de investigación en diversas universidades.


En el mundo hay unas 2.200 especies de termitas identificadas, de las cuales unas 70 están consideradas como plagas. La termita es un insecto autóctono, aunque hay también especies «importadas», que viven especialmente en zonas húmedas donde hay madera seca o árboles muertos.


El problema con este insecto se produce cuando llegan a zonas habitadas por el hombre: «Entonces deja de ser un animal beneficioso en su ecosistema, porque reciclan la madera muerta, para convertirse en un problema porque lo que hacen es dañar la madera de los edificios».


Si el nivel de infestación es alto, una viga puede quedar seriamente dañada en menos de un año, porque las termitas comienzan a comerse la madera por las zonas donde están insertadas, lo que supone un fuerte riesgo para la estructura del edificio y además lo hacen de dentro hacia fuera, es decir que externamente no se ven los daños. «Puedes tener una viga que esté impecable por fuera y que sin embargo por dentro esté vacía».


Es recomendable que las casas con estructura de madera, sobre todo aquellas construidas en zonas húmedas, pasen una revisión anual, no sólo por las termitas sino también por otros insectos patógenos.


Las especies que causan más daños son las subterráneas, que pueden formar colonias de varios millones de individuos, y puede afectar a todo un edificio.


De hecho, hay casos en los que no sólo están afectadas unas viviendas aisladas, sino todo un núcleo urbano, como ha ocurrido en Azkoitia, en donde han tenido que tratar al municipio completo.


Aunque tradicionalmente se trabajaba con tratamientos químicos creando una barrera en los edificios mediante inyecciones, este sistema tiene el problema de que no deja de ser un insecticida que puede llegar a las aguas subterráneas y contaminar el agua, además de que sólo crea una barrera pero no las elimina.


Por eso en estaciones de cebo donde se pone celulosa con un insecticida que no las mata al instante sino al cabo de un rato. Las termitas cogen el cebo «veneno» y lo transportan al termitero alimentando al resto de la colonia, incluida la reina. «Esto sí que acaba con ellas porque consigue llegar a la reina».